"La escuela enseña a leer, pero los verdaderos lectores, aquellos que disfrutan realmente con la lectura, se forman en el ámbito familiar. Los padres y las madres son los responsables de crear el clima adecuado para fomentar el hábito de la lectura entre sus hijos e hijas implicándose a fondo en el proceso".
Hoy, queremos responder a la pregunta más común de los últimos tiempos: ¿Por qué no le gusta leer a mi hijo? Para ello, expondremos las cuatro razones que anuestro parecer nos llevan a tener hoy en día, chicos que definitivamente sí leen (porque la escuela tiene como objetivo enseñar a leer), pero no por placer, sino por obligación.
1° Razón: Se educa con el ejemplo.
Actualmente, los padres dicen a sus hijos: “Yo, a tu edad, leía mucho; ahora no tengo tiempo y veo televisión porque esta me relaja de las tensiones del trabajo”. Si esa afirmación fuera cierta, leerían también ahora, porque el que adquiere el gusto por la lectura no lo abandona jamás. Y el que dice no tener tiempo para leer es el que sólo leyó por obligación. El que siente placer por la lectura, así como el que siente placer por jugar tenis o por ir a la playa, siempre se dará el tiempo para hacerlo. Es fundamental que los niños y niñas vean que en casa se lee. Ésta es una recomendación tan elemental que no necesita explicarse demasiado: de padres y madres lectores, en general, surgen hijas e hijos lectores.
2° Razón: La lectura un medio de castigo.
Muchas veces cuando queremos castigar a nuestros hijos qué hacemos…les quitamos la televisión y los mandamos a leer a su cuarto, con lo que la televisión se transforma en el anhelo supremo y el libro en el objeto odiado. Los padres, en tanto, ven una película. El mayor atractivo de la televisión para un niño es que al mirarla, se iguala a los adultos que tiene a su lado; los libros, en cambio –los de colegio y los de cuentos– lo disminuyen y lo diferencian de ellos. Es absurdo echarle la culpa a la televisión de las carencias a nivel lector que presentan nuestros hijos, aquí el problema es que antes que los niños, somos los adultos los que no leemos y los que en vez de presentar la lectura como algo placentero, lo usamos como sanción.
3° Razón: Los cuenta cuentos están en peligro de extinción.
Pensemos qué es lo que hacemos cuando nuestro hijo(a) no quiere dormir…la respuesta en el 95% de los casos es la misma: prender la televisión.
Con el ritmo de vida que hoy se lleva se acabaron los contadores de cuentos junto a la almohada. Las nanas de hoy ya no cuentan cuentos porque a ellas no les contaron; los hermanos mayores, que cuidan a los más pequeños, ven alguna película en la TV o escuchan música rock, y no se les pasaría por la mente contar un cuento; las abuelitas de hoy son muy jóvenes y activas para acordarse de ogros y princesas atrapadas, y los padres trabajan mucho por lo que, en la noche, están tan agotados que lo último que harían es imaginar cuentos. Así que se acabaron las historias y con ellas los sueños infantiles poblados de bosques oscuros con lobos, de hadas color miel que vuelan entre las nubes, de hechiceras hirviendo brebajes con arañas y sapos, de príncipes montados en caballos que corren más veloces que el viento y de magos que se transforman a voluntad.
4. Las bibliotecas en casa son historia del pasado.
¿En cuántas casas hoy, por muy adinerados que sean sus propietarios, existe una biblioteca o por lo menos una pared con estantes dedicados a libros? ¿Cuántos de los niños que tienen hoy en su pieza un equipo de música, una televisión y un play station, tienen un lugar para los libros que no sean los textos de estudio del colegio? ¿Cuántos niños tienen hoy su propia biblioteca? ¿Cuántos cuentos le ha comprado a su hijo de manera libre y voluntaria? ¿Cuántas veces ha llegado usted del trabajo con un cuento de regalo para su hijo?...Antes, el libro tenía una presencia permanente y privilegiada en todos los hogares; hoy, sólo se compra por obligación y nuestros hijos lo saben.
En conclusión, mientras nuestros hijos perciban la lectura como algo impuesto, la abandonaran en cuanto les llegue otra manera de pasar el tiempo. Los niños, grandes imitadores, tienen que vernos ensimismados leyendo, para ellos entusiasmarse; nos tienen que escuchar referirnos a lo que hemos leído de modo tal que su curiosidad se avive y les dé ganas de descubrir ese mundo que nos ha hecho gozar. La pasión por leer se comunica, se alienta, se despierta, no se da como tarea. Para que los hijos lean, los padres tienen que leer primero.
Unos padres que gozan leyendo serán modelo para los grandes imitadores que son sus hijos. Sólo si llegamos a gozar de verdad con la lectura, seremos capaces de comunicar con fuerza a nuestros hijos el entusiasmo por leer. Y con ello les estaremos entregando mucho más que técnicas de conocimiento o cultura, porque como dice el escritor ruso Nabokov: “El encantamiento que produce un buen libro no llena un vacío emocional ni intelectual, sino que llena el alma”.
Hoy, queremos responder a la pregunta más común de los últimos tiempos: ¿Por qué no le gusta leer a mi hijo? Para ello, expondremos las cuatro razones que anuestro parecer nos llevan a tener hoy en día, chicos que definitivamente sí leen (porque la escuela tiene como objetivo enseñar a leer), pero no por placer, sino por obligación.
1° Razón: Se educa con el ejemplo.
Actualmente, los padres dicen a sus hijos: “Yo, a tu edad, leía mucho; ahora no tengo tiempo y veo televisión porque esta me relaja de las tensiones del trabajo”. Si esa afirmación fuera cierta, leerían también ahora, porque el que adquiere el gusto por la lectura no lo abandona jamás. Y el que dice no tener tiempo para leer es el que sólo leyó por obligación. El que siente placer por la lectura, así como el que siente placer por jugar tenis o por ir a la playa, siempre se dará el tiempo para hacerlo. Es fundamental que los niños y niñas vean que en casa se lee. Ésta es una recomendación tan elemental que no necesita explicarse demasiado: de padres y madres lectores, en general, surgen hijas e hijos lectores.
2° Razón: La lectura un medio de castigo.
Muchas veces cuando queremos castigar a nuestros hijos qué hacemos…les quitamos la televisión y los mandamos a leer a su cuarto, con lo que la televisión se transforma en el anhelo supremo y el libro en el objeto odiado. Los padres, en tanto, ven una película. El mayor atractivo de la televisión para un niño es que al mirarla, se iguala a los adultos que tiene a su lado; los libros, en cambio –los de colegio y los de cuentos– lo disminuyen y lo diferencian de ellos. Es absurdo echarle la culpa a la televisión de las carencias a nivel lector que presentan nuestros hijos, aquí el problema es que antes que los niños, somos los adultos los que no leemos y los que en vez de presentar la lectura como algo placentero, lo usamos como sanción.
3° Razón: Los cuenta cuentos están en peligro de extinción.
Pensemos qué es lo que hacemos cuando nuestro hijo(a) no quiere dormir…la respuesta en el 95% de los casos es la misma: prender la televisión.
Con el ritmo de vida que hoy se lleva se acabaron los contadores de cuentos junto a la almohada. Las nanas de hoy ya no cuentan cuentos porque a ellas no les contaron; los hermanos mayores, que cuidan a los más pequeños, ven alguna película en la TV o escuchan música rock, y no se les pasaría por la mente contar un cuento; las abuelitas de hoy son muy jóvenes y activas para acordarse de ogros y princesas atrapadas, y los padres trabajan mucho por lo que, en la noche, están tan agotados que lo último que harían es imaginar cuentos. Así que se acabaron las historias y con ellas los sueños infantiles poblados de bosques oscuros con lobos, de hadas color miel que vuelan entre las nubes, de hechiceras hirviendo brebajes con arañas y sapos, de príncipes montados en caballos que corren más veloces que el viento y de magos que se transforman a voluntad.
4. Las bibliotecas en casa son historia del pasado.
¿En cuántas casas hoy, por muy adinerados que sean sus propietarios, existe una biblioteca o por lo menos una pared con estantes dedicados a libros? ¿Cuántos de los niños que tienen hoy en su pieza un equipo de música, una televisión y un play station, tienen un lugar para los libros que no sean los textos de estudio del colegio? ¿Cuántos niños tienen hoy su propia biblioteca? ¿Cuántos cuentos le ha comprado a su hijo de manera libre y voluntaria? ¿Cuántas veces ha llegado usted del trabajo con un cuento de regalo para su hijo?...Antes, el libro tenía una presencia permanente y privilegiada en todos los hogares; hoy, sólo se compra por obligación y nuestros hijos lo saben.
En conclusión, mientras nuestros hijos perciban la lectura como algo impuesto, la abandonaran en cuanto les llegue otra manera de pasar el tiempo. Los niños, grandes imitadores, tienen que vernos ensimismados leyendo, para ellos entusiasmarse; nos tienen que escuchar referirnos a lo que hemos leído de modo tal que su curiosidad se avive y les dé ganas de descubrir ese mundo que nos ha hecho gozar. La pasión por leer se comunica, se alienta, se despierta, no se da como tarea. Para que los hijos lean, los padres tienen que leer primero.
Unos padres que gozan leyendo serán modelo para los grandes imitadores que son sus hijos. Sólo si llegamos a gozar de verdad con la lectura, seremos capaces de comunicar con fuerza a nuestros hijos el entusiasmo por leer. Y con ello les estaremos entregando mucho más que técnicas de conocimiento o cultura, porque como dice el escritor ruso Nabokov: “El encantamiento que produce un buen libro no llena un vacío emocional ni intelectual, sino que llena el alma”.
18 de abril de 2010, 15:47
Este libro fue escrito por Rosemary Sutcliff. Nació el 14 de diciembre del año 1920 en West Clanden, Inglaterra y falleció en 1992. Fue hija de un marino, viajó mucho desde pequeña; sufrió una enfermedad que la obligó a estar en una silla de ruedas, lo que propició que fuese una gran lectora. Estudió arte en la escuela de Bideford. Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial se dedicó a escribir, sobre todo novelas históricas que suelen considerarse juveniles. Su propósito fue que los jóvenes pudieran entender mejor la iliada de Homero con su libro “Naves Negras Ante Troya”.
La epopeya narra la guerra de Troya, el más famoso de los conflictos de la antigüedad, y cómo los héroes destacan en ella afrontando su destino en busca de la fama y la gloria con la ayuda de los dioses. Todo este conflicto empieza por culpa de Paris que, por la ambición de Afrodita por la manzana, conoce a Helena y se la lleva a Troya dejando a Menelao (rey de Esparta) sin esposa. En el transcurso de la historia destacan varios héroes que al final terminan muriendo por el capricho de los Dioses. Y Finalmente Helena regresa a Grecia con Menelao. Este libro es de género Narrativo en el cuál el autor puede narrar hechos reales o imaginarios. Dentro de este género existen varias especies, de las cuales la epopeya es la que corresponde al libro; la epopeya está escrita en versos, usualmente docenas de miles de versos, con un tema heroico y con la intervención de dioses.
En este libro podemos encontrar figuras literarias con un solo objetivo, que el lector se sienta atraído al libro y para que pueda imaginar como ocurrió esa guerra; en el libro podemos encontrar como figura literaria a la comparación y a la imagen. El autor escribe el libro con el lenguaje actual, pero utiliza un lenguaje antiguo cuando los personajes hablan para darle el pensamiento al lector de que están en una ciudad de hace siglos atrás.
En conclusión, podríamos decir que el autor del libro entiende perfectamente cada palabra de la iliada como para poder escribirlo como si fuera una historia. Yo pienso que es un buen libro, me gusto y me pareció interesante como es que ocurre esta guerra a lo largo de diez años, de cómo empieza todo solo por la ambición de una diosa, también de la manera que le quitan a Briseida a Aquiles lo cual hace que no vaya a la guerra pero al final va y es asesinado y los sentimientos de los héroes a lo largo de la historia son bastante llamativos. A mí me gustó el libro y lo recomiendo.
18 de abril de 2010, 17:16
“Naves negras ante Troya”, pertenece al género narrativo, especie poema épico basada en la historia “La Ilíada” del poeta griego Homero. Esta historia es un poema épico porque presenta la intervención de los dioses y además relata la hazaña de héroes de extrema valentía. “Naves negras ante Troya” fue escrita por la Sra. Rosemary Sutcliff, escritora británica que nació en 1920 en West Clanden y murió en 1992, considerada actualmente como una de las 50 mejores escritoras británicas, escribió más de 40 libros entre cuentos infantiles y novelas para adultos y jóvenes.
Esta historia narra la guerra entre Troyanos y griegos que se origina porque: Paris (príncipe Troyano, al que la diosa Afrodita le había prometido darle la mujer más bella del mundo) rapta a Helena (Griega, esposa de Menelao rey de Esparta) y se refugiaron en Troya. Entonces los griego con Agameon a la cabeza (Rey de reyes griegos) reúne a Ayax, Diomedes, Menelao, Ulises y al poderoso Aquiles (al que Ulises convence ya que su madre, Tetis, lo había hechizado para que no asistiera), entre otros. La obra narra los últimos 51 días de la guerra entre estos dos pueblos, batallas, sucesos y combates entre los que cabe resaltar:
1.- Combate entre Paris y Menelao.- En este combate habría ganado Menelao pero la diosa Afrodita salvo a Paris cubriéndolo con un manto de invisibilidad y llevándoselo al palacio, Helena se iba a ir con Menelao pero nuevamente Afrodita aparece y la convence de quedarse con Paris.
2.- Combate entre Hector (Príncipe Troyano, hermano de Paris) y Aquiles.- En este combate gana Aquiles, fue un combate muy intenso ya que los dos eran extraordinarios combatientes. Al final Aquiles mata a Hector y lo arrastra por el suelo hasta su campamento, pero después de un tiempo devuelve su cuerpo porque reconoce un digno enemigo y que merece ser enterrado con honores.
3.- Muerte de Aquiles y Paris.- Los griegos estaban atacando la ciudad de Troya, en puertas de las misma se desarrollaba una gran batalla con aliados Troyanos, desde la torre del fuerte Troyano Paris lanza una flecha (ayudado por el dios Apolo) a Aquiles y lo impacta en el talón, su único punto débil, originando su muerte.
Filoctetes (aliado griego) utiliza la estrategia de lanzar flechas envenenadas contra los troyanos, una de ellas roza el hombro de Paris envenenándolo, Paris solicita ayuda a su ex esposa pero no la encuentra porque ella se siente olvidada y Paris muere por envenenamiento.
4.- Caballo de Madera.- En una gran estrategia de los griegos, estos fingieron que se regresaban a Grecia dejando un soldado y un gran caballo de madera, el cual era una ofrenda a la diosa Atenea para que les un buen regreso a casa. Los Troyanos llevaron el caballo al templo de Atenea situado en medio de la ciudad y celebraron muy entusiasmadamente la victoria, bebieron en grandes cantidades y se emborracharon. Llegada la media noche los barcos griegos dieron una señal de que estaban de vuelta y el soldado que se había quedado abrió el caballo hueco del cual salieron un numeroso ejército griego, a la mañana siguiente Troya estaba hecha cenizas.
Por último, Helena regresa con Ulises a Itaca (ya que Menelao se lo había prometido). Los Troyanos habían sido vencidos.
El libro esta narrado en un vocabulario sencillo y comprensible, sin embargo para una mejor interpretación tiene anexado un diccionario donde podemos encontrar el significado de algunas palabras complicadas.
A mi parecer esta obra es interesante ya que narra aventuras, conflictos, hechos extraordinarios, batallas, combates, etc. Yo recomiendo su lectura a los chicos por sus imágenes bien ilustradas y a los jóvenes y adultos porque resalta su imaginación.